DEJAR IR EL DOLOR Y TOMAR LA VIDA
Toda persona ha tenido que dejar ir en algún momento de su vida algo, alguien. Hay quienes de tanto atarse a eso que ya no está, solo ven el pasado, buscan y buscan en esos recuerdos destellos de lo que hubieran querido que fuera y no fue. También hay quienes justo por haber tenido lo que querían, siguen igualmente amarrados, refugiados en eso que tuvieron… ya está ajado, sin forma, roto. Dejar ir lo que ya no está no es tarea fácil, porque en realidad lo que hay que dejar ir, no tiene que ver con la figura, tiene que ver con el fondo. No es el beso lo que debes dejar ir, sino la sensación de haber tocado la punta del deseo; no es a Liborio, es todo lo sentido, disfrutado, amado; no es el hábito que hoy te parece negativo, sino todo lo bueno que te dio ese mismo hábito antes de convertirse en dañino… así de simple y complejo. Sí, todas las personas han tenido que dejar ir en algún momento de su vida algo o alguien. Ver el vacío que deja lo “tenido”, sentir la rasgadura que deja el des